El acceso al agua potable segura
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4/18/20232 min read
El acceso al agua potable segura es esencial para la salud, un derecho humano básico y un componente de políticas efectivas para la protección de la salud. La importancia del agua, el saneamiento y la higiene para la salud y el desarrollo se ha reflejado en los resultados de una serie de foros políticos internacionales. Esto incluye, más recientemente, la adopción de los Objetivos de Desarrollo Sostenible por parte de los países en 2015, que incluyen un objetivo e indicador sobre el acceso al agua potable segura. Además, la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró en 2010 que el acceso al agua potable y saneamiento es un derecho humano, esencial para el disfrute pleno de la vida y de todos los demás derechos humanos. Estos compromisos se basan en una larga historia de apoyo, incluyendo la adopción por parte de la Asamblea General de las Naciones Unidas de los Objetivos de Desarrollo del Milenio en 2000 y la declaración del período 2005-2015 como la Década Internacional para la Acción, "Agua para la vida".
El acceso al agua potable segura es importante como tema de salud y desarrollo a nivel nacional, regional y local. En algunas regiones, se ha demostrado que las inversiones en suministro de agua y saneamiento pueden generar un beneficio económico neto, porque las reducciones en los efectos adversos para la salud y los costos de atención médica compensan los costos de realizar las intervenciones. Esto es cierto para inversiones que van desde infraestructura importante de suministro de agua hasta tratamiento de agua en el hogar. La experiencia también ha demostrado que las intervenciones para mejorar el acceso al agua segura favorecen especialmente a los pobres, ya sea en áreas rurales o urbanas, y pueden ser una parte efectiva de las estrategias de reducción de la pobreza.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó cuatro ediciones de las Directrices para la calidad del agua potable (en 1983-1984, 1993-1997, 2004 y 2011), como sucesoras de los anteriores Estándares Internacionales de la OMS para el Agua Potable, que se publicaron en 1958, 1963 y 1971. Desde 1995, las Directrices se han actualizado a través de un proceso de revisión continua, en el que se actualiza un número limitado de secciones en cada edición según sea factible, incluyendo en respuesta a nuevas evidencias, incertidumbres sobre las mejores prácticas o solicitudes de los interesados. Las nuevas ediciones de las Directrices suelen introducir nuevas recomendaciones importantes y se publican después de una revisión exhaustiva.